No es que no me guste Super Mario World (todo lo contrario; es un juego que aprecio y respeto muchísimo), pero siempre lo he considerado el gran sobrevalorado de su saga, como también me pasa, en menor medida, con Super Metroid. No dejo de verlos en lo más alto de sus respectivos tops, y pareciera que ya figuran ahí más por tradición, costumbre y nostalgia que por otra cosa, cuando son juegos que, siendo realistas, ya han sido ampliamente superados hace mucho tiempo.
Otras entregas, sin embargo, igual de buenas o mejores (aunque no tan 'mainstream'), solo pueden soñar con alcanzar una aceptación remotamente parecida. Quiero decir, puedo entender perfectamente el éxito de juegos tan buenos como estos, pero me cuesta concebir que la diferencia para con otros grandes títulos a nivel recepción sea tan abrumadora.
Super Mario Bros. 3, sin ir más lejos (que además es un juego anterior) es, por mucho, un título más completo, complejo, variado y mejor diseñado en términos generales, además de explotar hasta la última gota de su hardware. World nunca se ha sentido como un gran y genuino avance con respecto a él, o al menos no tanto como cabría esperar de un cambio de generación, siendo que de SMB (1985) a SMB3 (1988) hay una diferencia exageradísima que incluso da para desmayo... y recordemos que ambos pertenecen a la misma consola, habiendo apenas 3 años entre uno y otro. Parecen máquinas completamente distintas. A mí al menos me explota la cabeza solo de pensarlo.
De hecho World no solo no se siente un avance a la altura, sino que además supone un paso atrás en múltiples aspectos (menos niveles, menos disfraces, cero interacción con el mapa, menor variedad de entornos, diseño mucho más blando, fácilmente rompible con la capa, etc.)... pero tiene a Yoshi, lo cual por algún motivo que desconozco ya justifica el 11/10.
Nah, es un buen juego, pero está cargado de un clarísimo y excesivo efecto nostalgia. World nunca ha sido tan absurdamente grande como su fama. Quizás lo habría sido de haber hecho justicia a las capacidades de la SNES, pero realmente es un juego con muchísimo (muchísimo) potencial desperdiciado que podría haber sido bastante más de lo que fue. Lo mismo con obras como Mario 64, claro, pero ese juego al menos fue una completa y absoluta revolución del medio, ya no solo aportando algo único y nunca visto, o directamente presentando un salto técnico que te podía dejar infartado, sino además dictando, a partir de su lanzamiento, el camino a seguir. En general.