Ninguna empresa es "intocable", CD Projekt Red apenas había lanzado 3 títulos de la misma saga hasta la fecha, lo cual facilita que no hayan tenido errores graves en estos desarrollos. Pero todos nos equivocamos, y en este caso CD Projekt la lió parda.
Lo primero fue anunciar el juego en 2012. Han pasado 8 años y a la gente no le gusta ver trailers guays y luego tener que esperar casi una década. Después llegaron los retrasos, que no han sido mayúsculos pero sí bastante molesto que calculasen tan mal como para que incluso después de tres retrasos, el juego llegue plagado de bugs. Y eso que decían que iba a ser muy difícil encontrar bugs. Otro tema, el crunch, que se puede entender que se haga alguna hora extra en la última semana para llegar a tiempo, pero lo que no es aceptable es estar mucho tiempo quemando a los trabajadores para que aún así ni se llegue a tiempo para lanzarlo en condiciones estas Navidades. El juego no estaba listo para lanzarse en 2020 y ahora lo hemos podido comprobar.
Hay muchos casos de videojuegos que se retrasan a enero, febrero, marzo, abril o incluso mayo y aún así venden millonadas. Está claro que en Navidades y con una next gen se vende mejor, pero cuando ocurre todo lo descrito arriba sin duda es mejor un nuevo retraso.
Por culpa de las malas decisiones tomadas, ahora CD Projekt se ha visto forzada a ofrecer devoluciones (vender un juego que no funciona bien podría dar pie a una acción legal) y consecuentemente ha pegado un bajón en bolsa. Ahora todo esto sirve para aprender y no volver a cometer los mismos errores en un futuro.